- Yo quisiera tocarte tan solo un poco, aunque sea un roce nada más. -
- Tócame si claro, entonces morirás no porque sea yo una espada ni un rifle. Sí fuese así , aún tendrías esperanza. Trata de entender somos muy diferentes y jamás podremos convivir. De verdad tu me encantas, me fascinas pero si me tocas no solo mueres sino que también me matas. -
La primera voz , replicó :
-- No, yo no quiero morir ni hacerte daño, es que de verte veo también mi propia gloria y mi propio exterminio. Tú tienes algo que todos necesitan, eres fundamento, eres primordial y aunque pueda haber diferencias veo también la perfección. Eres como la madre de todos y yo sé que en tiempos remotos éramos inseparables. Déjame sentirte, déjame tocarte una sola vez. Déjame acercarme a ti un solo instante así como aquel ayer. --
Y la otra voz , respondió:
- No, es como ponerse en contra de Dios, en contra de la justicia y la razón . Sin embargo, no puedo ocultarte mis sentimientos, yo también te amo porque me encanta tu ritmo, tu melodía, tu ir y venir y, sobre todo tu eterna danza y tu gracia me fascina. -
Y entonces se hizo en mi un gran silencio, ¿cómo es que dos amantes no se pueden amar ?, ¿ Qué es esto , maravilla o espanto ? Hasta Dios lo ha prohibido. Y grité:
- ¿Quienes son? Decidme en este instante, quiero por favor responder el misterio. -
Y ambos amantes sufrientes de su distancia, pronunciaron sus nombres.
Uno dijo:
- Yo soy el Fuego. -
Y el otro dijo:
- Yo soy el Mar. -
..
Pintura y Escrito:
Oscar Basurto Carbonell
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