En el pueblo aquel vivía un hombre conocido como el loco, entonces aconteció una terrible guerra, muerte, destrucción, odio, rencor, soberbia y ansías de poder. Estaban reunidos un grupo de soldados con armamentos y se felicitaban el uno al otro, por cuántos enemigos habían matado, y pasaba el loco por allí y entonces le llamaron. Y cuando estuvo delante de ellos le preguntaron:
- ¿Qué piensas tu ,de nuestros enemigos?
Y el loco contestó:
- Tenemos que darle la otra mejilla.
Y los otros le dijeron:
- ¿Qué te pasa? ¿Que piensas de los que nos roban?
Y el loco contestó:
- Debemos darles para que se sacien.
Esto indignó a los soldados y le llamaron: ¡Traidor!
Pero él les dijo:
- Todos los hombres somos hermanos y no importa las razas, credos, tradiciones, la muerte es la muerte para todos y la violencia enferma el espíritu. Ustedes quieren matar a Dios y así alcanzar la paz porque así sus consciencias estarían libres de culpa así no habría nadie que les dijese no matarás. El verdadero hombre busca no en la violencia sino en la oración. Es que Ustedes fuertes soldados son débiles en la fe. ¿Acaso no piensan? ¿Acaso no sienten el dolor de la sangre de los niños inocentes , el sufrimiento de sus padres, el miedo y la agonía de toda una sociedad, de toda una civilización . ¿Hacía dónde la guerra lo va a llevar? Ese poder es falso, es mentiroso porque su interés es el sometimiento y el dominio, y no el respeto, no lo que somos. Habrá muchos seres humanos pero todos somos uno ante la realidad.
Pero los soldados no escucharon esto y le siguieron insultando y le dijeron:
- ¡Vete! Sí no quieres que te matemos .Tú eres un cobarde, nosotros somos la gloria, somos la nueva historia. Hicieron que el loco se aleje insultándole y dándole disparos en el aire. Y cuando el loco estaba lejos hubo una fuerte explosión y aquellos soldados arrogantes en el próximo instante estaban muertos. Entonces el loco se acercó hacía ellos y lloró frente a sus cadáveres y dijo así: - Padres, hermanos míos, hijos míos ¿Porqué caminas por el sendero de la ceguera?, eso no es la paz, esto es la muerte.
Y lloró y lloró y se preguntó:
- ¿Cambiará el mundo algún día?
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Oscar Basurto Carbonell
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