martes, 13 de enero de 2009

El bosque encantado


Aquel hombre se encontraba enfermo, muy agotado y cansado, le costaba mucho respirar y en su mente se lamentaba de muchas cosas que en la vida había dejado pasar. Su niñez había sido difícil, una economía muy pobre y una relación afectiva con padres demasiados fríos y distantes. Las necesidades habían hecho del hogar un lugar atormentado, pues había para él, demasiado poco y había luchado con situaciones extremas. Y por eso en la vida había crecido con inseguridades y temores, y después tomó el camino del egoísmo y la ambición que, finalmente lo habían llevado a la soledad.

Y dijo:
- ¡Cuánto Amor he desperdiciado! , ¡Cuánto abandono ha vivido mi corazón!, Y aunque a través del esfuerzo y la dedicación alcancé mucho, ahora que la muerte está cerca no me puedo llevar una astilla. Veo todo a mi alrededor y en todo reconozco mi historia. Pero hoy, yo no sé de gloria, ni de fascinación sino que hoy la vida ha sido gran desilusión.

Entonces, recordó que de niño siempre había soñado en habitar en un bosque encantado donde podía hablar con toda la naturaleza, ya sean los árboles, las flores, las montañas, riachuelos, aves, animales y con todos poder hablar. Y en esa fantasía recordaba, que él mismo se alimentaba de sensaciones, experiencias, amistad, dulzura y alegría que le hacían superar el hambre, el frío, la soledad, la miseria. Aquel bosque encantado le había ayudado a superar el desprecio de los demás, también le había ayudado a secar sus lágrimas y olvidar sus necesidades.

Y pensando, pensando aquel hombre se quedó dormido. Y ¡ oh misterio del sueño ! pues se encontraba una vez más en el bosque encantado y se vio pues como él era, un hombre mayor, cansado y fatigado pero a la vez maravillado por de nuevo encontrarse en aquel bosque encantado. Estando ahí, todos los árboles le saludaron, las flores, las aves, el riachuelo, todos parecían sentir un gran cariño y amistad por él.

Y a la vez este hombre en su sueño decía maravillado:
- ¡ Aún siento que alguien me puede Amar!

Y al decir esto , escuchó un llanto como a lo lejos del bosque encantado , era el llanto de un niño, pero su llanto y su voz no reconoció , entonces aceleró su paso y dijo para si : " Aquí nadie llorará. Aquí nadie sufrirá, éste es el bosque encantado donde vive el Amor y la Amistad”.

Entonces decidió ir a buscar a ese niño, a esa voz que lloraba y se lamentaba. Y fue andando y pasó un río, una montaña y más ríos y más montañas. En esta parte del bosque, él nunca había estado y este lado era un poco tenebroso y muy diferente a todo lo demás, pero al escuchar la voz que lloraba, no paró su paso y siguió y siguió. Entonces fue que aquel hombre vio a un niño que habitaba en una casa, mejor dicho algo que parecía una casa. Aquel hombre se acercó a la ventana que estaba rota, vio a un niño llorar y entendió que lloraba de hambre, de frío y de soledad.

Y aquel hombre para sus adentros dijo: " Yo he pasado por esto, yo conozco esto y tú no lo pasarás. Yo estoy viejo y cansado y algo en la vida he acumulado y te lo voy a dar para que no pases necesidad”.

Entonces, entró a la casa y algo extraño sucedió, él sentía que conocía a este niño, sintió que de verdad lo amaba y de verdad debía de cuidarlo y rescatarlo. Y como el niño estaba llorando, el hombre lo tomó en sus brazos y le dijo:
- Aún quizás me queden unos días, y yo te voy a cuidar.

Y a su vez, en aquella zona del bosque encantado comenzó a caer la oscuridad, frío, viento, granizo, rayos, truenos y una lluvia helada, y por estar la casa tan deteriorada parecía que todo se iba a derrumbar. Entonces el hombre ya cansado, mejor dicho ya anciano, le dijo al niño:
- No te preocupes, no llores, te voy a rescatar.

Así, cubrió al niño con un manto viejo y lo arropó a su pecho, afuera los elementos crujían y la casa temblaba. Y él miraba a aquel niño que tenía ojos de miedo. Y entonces la casa comenzó a derrumbarse y él dijo: " ¿Qué hago?, sí lo dejo morirá. Lo debo rescatar, lo tengo que sacar de aquí”. Y en ese momento buscó la puerta y en el justo momento que él salió de la casa, ésta se derrumbó, pero alcanzaron a salir.

Pero afuera había lluvia y estruendo, y entonces aquel hombre dijo:
- Aquí no lo puedo dejar, hoy lo llevaré y lo cuidaré . Y mañana lo regresaré cuando los elementos se hallan calmado, así sus padres no se preocuparan, porque mañana temprano lo regresaré.
Y Así como pudo comenzó a salir de ese lugar y con mucho esfuerzo logró hacerlo y entró a la otra área del bosque donde había un sol maravilloso, cantaban las aves, y el aroma en el aire era dulce.

Pero este hombre ya estaba muy cansado porque había apresurado demasiado su paso, y ya se sentía muy agotado. Y comenzó a sentir que las fuerzas lo abandonaban y en ese momento pensó:
- Sí dejo a este niño, se quedará solo y abandonado.

Y entonces, así cansado como estaba también recordaba su pasado y miró al niño y le dijo:” no temas, no temas”. Y sintió por el niño ternura, amor y compasión. Pero a su vez sentía que no había dado demasiado, estaba demasiado cansado, tan cansado que al piso se sentó , y dijo :
- Me siento desfallecer pero algo tengo que hacer, y entonces agarró lo mejor de sus ropas y cubrió al niño.

Y escribió como pudo juntando unas piedras , lo siguiente : " El que encuentre a este niño , denle todo su amor y ternura porque no hay más grande dulzura que un niño , por que él es como el Amor Divino , tierno y delicado.¡ Cuídenlo ! ".

Y después de escribir esto, sintió que moría y miró al niño y se desvaneció. Y así pasó un tiempo y luego despertó, se halló nuevamente en su cuarto y se dio cuenta que había sido un sueño maravilloso y extraño, en sus manos tenía el olor del campo y el aroma de las flores.

De alguna manera, había regresado a su bosque encantado, y se había encontrado con su propio niño interior y en su corazón tenía entonces nostalgia pero tenía una extraña paz, pero su respiración estaba un poco agitada.

Entonces algo pasó, él escuchó unos pasos y volteó su cabeza a mirar y vio un ángel de luz y él comprendió que era el ángel de la muerte. El ángel se fue acercando y él sintió su vida irse, sintió que se diluía.

Y entonces, aquel hombre le dijo al Ángel:
- Ángel de la luz, ángel de la muerte, yo hubiese querido aunque sea un día más, para darle a ese niño un poco de ternura y amor. Yo sé que es un sueño, yo sé que es una ilusión pero en mi sueño y en mi ilusión ese niño lloraba, y yo lo rescaté, el niño tenía hambre y frío y yo lo cuidé. Yo quisiera haberle dado tanto, pero hoy me vienes a llevar. Más, ¿qué puedo hacer?

Y el Ángel de la luz, el Ángel de la muerte, el Ángel de la eternidad le dijo:
- Ciertamente , hemos visto tu sufrimiento y hemos visto de aquel sufrimiento surgir la flor de la Compasión .Ciertamente, ese niño eres tú , el niño que sintió mucho dolor y que nadie jamás lo acompañó , ese niño eres tú que ahora y a su vez reclama también tu propio amor.

Hemos visto y oído su sufrimiento y como tú hemos escuchado en aquel bosque encantado el llanto de un niño, y vimos tu esfuerzo y tu esmero, esto nos conmovió. Pero hoy es tu tiempo de muerte, hoy es tu tiempo de partida, pero hemos visto tu dolor y hemos visto tu amor, y por eso hoy no te llevaré, más sin embargo, una vida más te daré.

Así que, cierra tus ojos y vuelve a dormir, que el Amor y la Compasión curarán tus heridas y tu dolor. Y por la piedad y el Amor, al niño rescatarás. Pero esta vez, esta vez ciertamente niño serás. Y aquel hombre no pudo decir palabra, pues el ángel tocó su corazón.

Y vio pasar su vida en instantes y sintió que ya no respiraba y todo fue oscuridad. Más en un momento sintió como si tragara aire, y abrió sus ojos. Y ¡Oh sorpresa!, ya no era el anciano que sufría y que moría, era aquel niño, aquel niño que nació inmediatamente luego de su respirar. Y sintió unos brazos y una cálida voz que le decía:
- ¡Hijito amado! , eres lo más precioso, lo que amábamos y buscábamos siempre.

Aquel hombre había vuelto a nacer y él se sintió querido y amado.
Y aquí, acabo la historia del bosque encantado y aquel niño creció y se hizo hombre y su vida fue de progreso, felicidad, Amor y paz, pues nunca le faltó amor ni cariño, ni dedicación.
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Las pinturas y los escritos : Oscar Basurto Carbonell

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