Escuche esta historia, un hombre lloraba frente al mar y parecía desconsolado. Y así lo veían día tras día, y frente al mar el hombre lloraba.
Alguien se le ocurrió preguntar:
- ¿Por qué llora Vd. Señor?
Y el hombre contestó, en un tono pausado:
- Mi llanto no tiene consuelo porque el mar frente a mí, el mar se ha secado.
Entonces, quien preguntaba le dijo:
- Pero no, el mar esta allí, lleno y abundante. ¿No ves las olas?
Y el hombre que lloraba, dijo:
- Aquello que tu ves yo no lo puedo ver. Ese mar que tu hablas, para mi es un desierto. Ese mar, ese mar inmenso tenía un nombre, y era nombre de mujer .Y ella un día, en ese mar se perdió.
Alguien se le ocurrió preguntar:
- ¿Por qué llora Vd. Señor?
Y el hombre contestó, en un tono pausado:
- Mi llanto no tiene consuelo porque el mar frente a mí, el mar se ha secado.
Entonces, quien preguntaba le dijo:
- Pero no, el mar esta allí, lleno y abundante. ¿No ves las olas?
Y el hombre que lloraba, dijo:
- Aquello que tu ves yo no lo puedo ver. Ese mar que tu hablas, para mi es un desierto. Ese mar, ese mar inmenso tenía un nombre, y era nombre de mujer .Y ella un día, en ese mar se perdió.
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Pintura y Escrito:
Oscar Basurto Carbonell
Armonía y Paz
Pensamientos Espirituales